Tabula rasa, o la (im)posibilidad de construir una generación

Como señala el filósofo José Ortega y Gasset, toda generación se encuentra comprometida entre la herencia de lo que aprende de la generación anterior y la necesidad de crear unas normas propias, una nueva visión del mundo, en definitiva dejar su huella, reflejar la » sensibilidad vital » de su momento histórico. En el mundo del arte, el paso de una generación a otra habitualmente produce notables cambios en la producción artística, animados por la propia estructura del mercado y la crítica. Esta transición da lugar a luchas de poder , según explica Pierre Bourdieu : » por un lado, están las figuras dominantes , que quieren continuidad , identidad , reproducción , y por otro , los recién llegados , que quieren discontinuidad , ruptura, diferencia , revolución. « Hacerse un nombre » significa dejar la propia huella, logrando el reconocimiento (en ambos sentidos) de la propia diferencia respecto los otros productores, en particular aquellos que están más consagrados. » La generación de artistas emergentes no puede pues sino observar su práctica artística desde una perspectiva que les permita huir del peso de la tradición y los referentes que le han dado forma , repensar la realidad que los rodea , el arte y la su propia condición como artistas desde un punto cero . Con referentes, experiencias y aspiraciones diferentes, podemos ver la obra de los jóvenes artistas bajo el concepto de tabula rasa, el papel en blanco sobre el que se escribe partiendo de la nada, o, siguiendo la concepción de John Locke, la fundación del conocimiento a partir de la experiencia. Pero los artistas no crean de la nada, el peso de la historia y las influencias recibidas evitan que el papel sobre el que escriben sea totalmente blanco. La tabula rasa pues más bien una toma de posición, un deseo de comenzar de nuevo y «liberar el genio creativo». También el hecho de pertenecer a una generación es un concepto difícil: ¿qué rasgos comunes tienen un conjunto de artistas nacidos en una misma zona geográfica con pocos años de diferencia? Posiblemente menos de lo que cabría esperar, dado que nos encontramos en un mundo hiper – conectado donde la movilidad, física y mental, de todo individuo puede llevarle a recibir influencias muy diversas. ¿Qué es pues una generación y qué aportaciones puede hacer? Tabula rasa o la (im) posibilidad de construir una generación es un proyecto curatorial de Fernando Gómez de la Cuesta y Pau Waelder que tiene por objetivo examinar y presentar a nivel internacional el trabajo de la joven generación de artistas de las Islas Baleares. Una selección formada por la obra de un conjunto de artistas nacidos a partir de 1981 en esta comunidad establece un ilustrativo panorama de la fuerza creativa de una generación que crece superando la insularidad y abriéndose a las influencias y las conexiones con el mundo entero. Una generación de artistas que dan voz al arte contemporáneo en nuestras islas y han alcanzado un nivel de excelencia en su trayectoria que les permite dialogar con el panorama artístico internacional. El proyecto se articula como una exposición colectiva itinerante que se inicia en Es Baluard Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Palma y viaja a varios centros de arte en Europa y América con el apoyo del Institut d’Estudis Baleàrics. En cada punto de su itinerancia, Tabula Rasa propondrá un diálogo con la escena local, abriendo conexiones con los artistas de la misma generación. Con ocasión de estas exposiciones se publicará un libro que recoge de forma extensa el trabajo de los artistas participantes, una serie de documentales en vídeo y un sitio web que sirve de núcleo de difusión y documentación de la propuesta.