Susurros en blanco, la biblioteca ausente

Poco importa porqué se destruye una biblioteca: cada prohibición, limitación, destrucción, robo o saqueo da lugar (al menos como presencia fantasmal) a una biblioteca más clamorosa, más clara, más duradera, compuesta por los libros prohibidos, robados, expoliados, destruidos o censurados. Es posible que ya nadie pueda consultarlos, es posible que sólo existan en la memoria más imprecisa aún de la tradición y la leyenda, pero habrán adquirido una especie de inmortalidad. “Menospreciamos – escribió Tácito en el siglo I – la ceguera de aquellos que creen que con una acción arrogante puede borrarse incluso la memoria de la posteridad. De hecho, la sentencia aumenta el prestigio de las almas nobles que quieren silenciar, y los potentados extranjeros, o aquellos otros que se han servido de una violencia semejante, no han conseguido más que la deshonra para sí mismos y la fama perdurable para sus enemigos.”
Manguel, Alberto. La biblioteca de noche. Alianza editorial, 2007.

Susurros en blanco, la biblioteca ausente es un homenaje a todos los libros que han desaparecido a lo largo de la historia, entendiendo el libro como memoria del mundo y la Biblioteca, su almacén. La instalación muestra infinitos estantes que sólo pueden reflejar la ausencia de aquellas hojas que un día fueron libros.

Este proyecto fue realizado en el marco de la beca de post producción de proyectos 2010 otorgada por la Fundació Suñol en colaboración con el máster Producciones artísticas e investigación, especialidad Arte y contextos intermedia de la Universidad de Barcelona.

 

 

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