El proyecto surge de la convención que cuando alguien muere, todos sus recuerdos, pensamientos y conocimiento del mundo, así como su experiencia mueren con él. A partir de la lectura de L’hombre manuscrit de Manuel Baixauli donde aparece la idea del almacén de la Memoria .
» El cuarto de la abuela y la abuela fueron a parar a mi Almacén de la Memoria . Y al de mis padres. Pero sus Almacenes se fundieron con ellos . Donde van los Almacenes de la Memoria de los difuntos ? ¿Dónde está la Metrópoli de las Memorias Perdidas ? Una tradición familiar, decía, de aniquilación del pasado y de futuros en blanco. «
La obra trabaja en esta imagen: una Metrópoli, no de cuerpos difuntos, sino de Memorias perdidas. Acumulación, temporalidad y desaparición son conceptos clave. Un almacén de actividad mental y de recuerdos, pero no sólo de aquellos recuerdos memorables, como los pensamientos más cotidianos y absurdos de cada día se hacen físicos y se materializan. Una propuesta de lugar, de espacio donde disponer algo etéreo .
Cada lápida del Almacén de la Memoria, formada por la acumulación de papel de periódico muestra diferentes densidades de pensamiento que dialogan entre sí mediante la variación de espesor . El papel de periódico es una metáfora de la materia gris del cerebro ( es la parte que se encarga del procesamiento de información y del razonamiento , relacionada con las percepciones , la memoria , el lenguaje y las emociones). Un conjunto que nos deja percibir el peso de un tiempo ligado a la arqueología de los recuerdos, contraponiendo la intangibilidad de estos con la densidad visual de la instalación .
L’home manuscrit. Manuel Baixauli. Editorial Moll, 2008.